APROXIMACIÓN ANTROPOLÓGICA AL JUEGO DE BOLOS EN VALDEGOVÍA (ÁLAVA)

Valdegovía está formada por numerosos pueblos en algunos de los cuales hubo boleras de Bolos Tres Tablones, al menos desde principios de los años 80 (ver imágenes de boleras en esta recopilación de boleras de la provincia de Álava). Si observamos el mapa de Valdegovía vemos que una parte significativa del mismo aparece casi encajada en las Merindades; de ahí que la vitalidad que tenían los Bolos Tres Tablones en los cercanos Valle de Losa y Valle de Tobalina, como especialidad deportiva creada en 1970, se proyectara por su dinamismo hasta diversos pueblos de Valdegovía como Corro, Bóveda, Gurendes, Osma, Basabe, Quintanilla, Fresneda, Espejo...

Mención especial y bien distinta tienen los cuatro pueblos de Valderejo (Lahoz, Lalastra, Ribera y Villamardones) en donde desde tiempos inmemoriales jugaban a unos bolos semejantes a los de los pueblos de las Merindades; sin duda debido al estrecho contacto con el cercano Valle de Tobalina, a través del desfiladero del río Purón y también, seguramente, debido al encuentro entre los pastores en los altos de uno y otro lado de la Sierra de Arcena. Hay fotografías de 1929 en dicho valle que atestiguan la antigüedad de un juego al que por entonces no jugaban en el resto de Valdegovía. Valderejo fue municipio independiente hasta 1967, año en que se unió a Valdegovía por la despoblación total en localidades como Ribera o Villamardones. Hoy en día es Parque Natural. En Ribera, sabemos por Xavier Ortiz, que el juegobolos estaba al sur de la iglesia, al comienzo de la cuesta que conduce a ella; al lado de donde hoy se puede ver una era junto a la cual también se encontraban la escuela, la casa del maestro y la casa de concejo. En Villamardones también se jugaba y en Lahoz hubo dos juegobolos. Actualmente solo queda el de Lalastra.

José Antonio Salazar señala que la bolera de Fresneda se hizo en 1983.

Alberto Díaz de Lezana nos indica que se reformó la antigua bolera de Fresneda, creando la actual de Bolos Tres Tablones. Con anterioridad, era una bolera de tierra, también de nueve bolos, con unos tacos sobre los que se sujetaba los bolos con tierra. Se volvía de un costado, casi a bocajarro, porque los bolos estaban situados al fondo de la bolera. Las bolas eran iguales que las actuales, es decir, con una agarradera como se ve en la foto de los años 40 que nos aporta. Se trataba, sin duda, del denominado por Joaquín Jiménez en su obra El juego de bolos en Álava, de 1970, como "Juego de Nueve Gobiotarra" que fue arrinconado en algunos pueblos por la pujanza de los Bolos Tres Tablones, que eran conocidos en dicha obra como "Juego de Nueve Losino", probablemente haciendo referencia al Valle de Losa, uno de los valles de las Merindades en donde se practicaba este juego. En Fresneda —nos dice— tienen un torno industrial en las antiguas escuelas, dedicado únicamente a la fabricación de bolas burgalesas y de Palma de Cuatro para el Bolo Alavés. Ángel Díaz es el maestro dedicado a la fabricación y suministro de bolas. Como curiosidad, nos indica que al cas siempre se le ha llamado pato en su pueblo. A pesar de ser un pequeño pueblo, Fresneda ha sido el gran dominador de las competiciones oficiales de Bolos Tres Tablones durante estos últimos años, con jugadores excepcionales como Tobillas, Salazar…

Alberto nos dice que había boleras de Tres Tablones en bastantes pueblos. En Cárcamo existieron dos, una de Bolos Tres Tablones y otra de Palma de Cuatro; igualmente en Villanueva aunque la de Tres Tablones, que conoció su padre, ya no existe. En Villamaderne solo hubo de Palma de Cuatro por lo que quizás en esa zona oriental, se puede fijar la máxima expansión de los Bolos Tres Tablones en Valdegovía. Hoy en día (año 2011) —nos indica— solo en Bóveda y Fresneda, se juega a los Bolos Tres Tablones con cierta actividad.

La expansión y vitalidad de los Bolos Tres Tablones en el oeste de Álava no solo se percibía en Valdegovía sino incluso más al sur, en pueblos pertenecientes al municipio de Lantarón como Puentelarrá, Sobrón o Bergüenda, con su bolera situada al lado de la escuela.

Eloy Amieva nos indica que la modalidad de Tres Tablones actual se implantó en primer lugar en Sobrón en 1981 y más adelante en Fresneda, Osma, Villanueva de Soportilla, Bóveda, Puentelarrá, Espejo, Lantarón, Bergüenda, Corro, Basabe, Quintanilla...

A comienzos de los años 80 —nos informa Jesús Sainz— hubo un gran desafío en la inauguración de la bolera de Bergüenda que tuvo una importante repercusión mediática saliendo, incluso, en los periódicos de la época. Participaron cuatro grandes jugadores de aquellos años, conocidos algunos por sus apelativos: "La Máquina" de Villanueva Soportilla, "El Panadero" de Espejo, Genaro de Escaño y Jesús de Puentedey.

Mapa con las modalidades de bolos hacia 1970.(El número 6 corresponde a Valderejo).
Fuente: Jiménez Martínez, J. (1970). El juego de bolos en Álava. Vitoria: Diputación Foral de Álava.

Sin embargo, antiguamente en Bergüenda se jugaba de otra manera, como escribe Lázaro Alexandre Ramírez en 1975, en su Historia de la Noble Villa de Bergüenda. Nació en 1920 y explica cómo se jugaba en su pueblo a los bolos, hasta poco después de la guerra:

"Este juego, verdadero deporte de nuestras tierras con arraigo milenario, se practicó primeramente detrás del edificio ocupado por la Colonia Infantil de Basauri (antiguo seminario del Barrio de Arriba) y más tarde estuvo donde se ha construido el depósito del agua y la chopera. Finalmente en el Barrio de Abajo, entre la fuente y el río. El juego se componía de 13 bolos, doce de unos 0,60 cm de alto (probablemente 60) por 3 cm de diámetro, y otro de unos 0,5 cm de alto (probablemente 50) por 4 cm de diámetro, llamado miquis, y que valía cuatro tantos. Su colocación se hacía en filas transversales y el sitio donde se tenía que colocar el bolo estaba marcado por una estaca de roble fuertemente clavada. La distancia entre estas era de 1,30 m. Aproximadamente y el miquis se colocaba en el sitio más difícil y lejano, acordado por todos los jugadores. Se tiraba con dos bolas de unos 7 kilos, con agarradero, desde una distancia de unos 15 metros, sin sacar el pie del hoyo que estaba encuadrado por unas piedras y que se llamaba pato. El juego se componía de dos partes o formas de jugar y la primera era la demostración de la fuerza, lanzando desde el pato las pesadas bolas, que forzosamente tenían que caer antes de pegar en los bolos en un grueso tablón de roble, situados entre el jugador y los bolos. La segunda parte consistía en una demostración de habilidad, y se le llamaba borlear o bolear. Para hacer esta jugada se solía cambiar de sitio al miquis, y el jugador se colocaba junto a uno de los bolos situados en una esquina, la mayoría de las veces era el de la izquierda y sin levantar el pie derecho, lanzaba la bola con el fin de que cayesen el mayor número posible. No se tiraba mas que una vez, pero en esta jugada solían surgir grandes sorpresas, lo que hacía que se pusiese gran entusiasmo entre los jugadores y el público. Las partidas se podían hacer individualmente o por equipos, a un número determinado de bolos tirados y el perdedor pagaba lo jugado, que generalmente era vino. La práctica de este deporte hacía que surgieran verdaderos atletas y a veces se organizaban amistosas competiciones para demostrar quién era el mejor lanzador de bola. Se lanzaba desde el pato y el que llegaba al tablón situado junto a la casa, podía considerarse en primera fila, pero había quien con sus 50 años alcanzaba los 10 metros en el frontis, o incluso con 60 pasados, como lo hacían Nicanor Varona y Lucas Fernández de Pinedo y otros. Después de la guerra civil, se reconstruyó el juego de bolos, pero solamente se jugó 3 ó 4 temporadas, que fueron como la lenta agonía del abuelito centenario. Como final, el Omecillo en una crecida otoñal se llevó bolos y bolas río abajo, hacia las mansiones del recuerdo".

En la provincia de Álava —al igual que ocurrió en Vizcaya, Madrid o Burgos— los Bolos Tres Tablones llegaron también a poblaciones más importantes, como Llodio o Vitoria-Gasteiz, con la emigración de numerosos jugadores de las Merindades en los años 50 y 60. En la capital alavesa al principio se jugaba en el pueblo de Gamarra en 1969, al norte de Vitoria, luego en la bolera del Polvorín Viejo (actual barrio de Judizmendi), más tarde en Olarizu, al sur de Vitoria y finalmente, a su actual ubicación del parque Arriaga.

El juego de bolos es una manifestación cultural de carácter etnológico relevante que se practicaba como una vivencia colectiva, con un indudable efecto regenerador y social. Afortunadamente, aún en varios pueblos de las Merindades (Burgos) y alguno del Valle de Valdegovía (Álava) se sigue manteniendo (Mapa con boleras en Las Merindades y Comarcas Limítrofes y Fotografías antiguas y modernas).

Cualquiera con un mínimo de sensibilidad cultural puede iniciarse en la recuperación del juego de bolos en su pueblo intentando rescatar lo mejor del pasado y proyectarlo en el siglo XXI. Sin embargo, sufrimos un lamentable proceso de aculturación y estamos necesitados de iniciativas ilusionantes que aglutinen a ayuntamientos, juntas vecinales, asociaciones de padres y madres, claustros de profesores… Las Escuelas de Bolos en los Centros de Enseñanza son necesarias, indispensables...

Tal vez tú no sepas jugar a los bolos pero tienes un abuelo o conoces a un señor mayor que ha sido un gran aficionado. Si es así, los datos que puedas recabar nos interesan y, si nos los envías, iremos activando poco a poco cada pueblo de nuestro mapa etnográfico e incorporaremos tu información a nuestra pequeña biblioteca antropológica.

Lo ideal es grabar a esas personas pero, en caso de no poder hacerlo, es importante al menos, fijar por escrito los recuerdos de esos jugadores de bolos veteranos ya que tienen un valor antropológico incuestionable. Si puedes conseguir fuentes gráficas (fotos, vídeos…) las incorporaremos a nuestro archivo fotográfico.

Es importante que los datos provengan de diversas generaciones, pero son fundamentales los datos de personas mayores, lo más ancianas posible, con el objeto de contrastar el pasado con el presente, y a la vez preservar la memoria de nuestra cultura que, por no ser escrita, corre el riesgo de perderse para siempre.

Más abajo iremos activando la información que vayamos recibiendo, gracias a tu colaboración, de cada uno de los pueblos de Valdegovía:

Acebedo, Astúlez, Bachicabo, Barrio, Basabe, Bellojín, Bóveda, Caranca, Cárcamo, Corro, Espejo, Fresneda, Guinea, Gurendes, Quejo, Mioma, Nograro, Osma, Pinedo, Quejo, Quintanilla, Tobillas, Tuesta, Valderejo (Lahoz, Lalastra, Ribera y Villamardones), Valluerca, Villamaderne, Villanañe y Villanueva de Valdegovía.