APROXIMACIÓN ANTROPOLÓGICA AL JUEGO DE BOLOS EN EL VALLE DE VALDEBEZANA (BURGOS)

El Valle de Valdebezana (mapa) está formada por veintiséis pueblos y, en todos, había varias boleras (juegabolos) para adultos y para chavales (ver imágenes de boleras del Valle). El juego de bolos tenía una gran transcendencia lúdica y cultural; así nos lo transmite José Luis Abad Peña, natural de Quintanaentello, en este excelente relato.Tras años de decadencia, se está produciendo una lenta pero constante recuperación del juego. En el verano de 2016 se pone en marcha el I Campeonato de Bolos Tres Tablones del Valle de Valdebezana promovido por el Ayuntamiento del Valle de Valdebezana gracias a la iniciativa, entre otros, de la Asociación “Las Escuelas de Riaño” y de la Asociación “Son Valle”. Este concurso es, sin duda, lo más interesante que se ha hecho en muchos años, en favor de la recuperación de este juego, por su carácter descentralizador y transversal (hombres, niños y mujeres).

Plasmo, no obstante, mis escuetas impresiones de una visita que realicé unos años antes, en el verano de 2012, recorriendo algunos juegabolos del Valle de Valdebezana y que contrastan con la esperanzadora situación actual:

Juegabolos de Argomedo. Conserva sus tres cureñas de madera en las que, hasta el pasado año, aún celebraban campeonatos. Un veterano jugador, que todos los años la siega, me cuenta cómo, antaño, la bolera se subastaba al mejor postor y recuerda con precisión el pulso de un jugador extraordinario: Vicente López.

Juegabolos de Montoto. De una sola cureña de madera bastante deteriorada; a pesar de ello, se juega esporádicamente. Un señor me indica que pregunte en Virtus que allí vive una persona con gran afición a los bolos.

En Riaño me dicen las cuadrillas de jugadores competían bravamente contra los pueblos vecinos. Un fraile escolapio llamado Alejo tenía un pulso excelente así como Antonio, que llegó a destacar incluso como jugador de pasabolo tablón. Actualmente existen tres cureñas metálicas. Se juega esporádicamente y el día de la fiesta.

Abandonada y cubierta por la maleza está la bolera de Bezana. Tiene tres cureñas soterradas. Aparte de este juegabolos, existieron otros dos privados y totalmente cubiertos que están reutilizadas como almacenes.

Jaime L. Valdivielso nos cuenta que en Bezana antiguamente "... Los mozos y casados practicaban con mucha afición, principalmente los domingos y las fiestas, después de la misa y durante toda la tarde el tradicional juego de los bolos en un juego de bolos cubierto, anejo a la cantina, bolera en la que no faltaban partidas, dados los constantes desafíos entre las cuadrillas, que imprimían interés y gran animación entre los jugadores..." (Revista de Folklore,1992).

Juegabolos de Cilleruelo de Bezana. David, natural de Corconte y con sesenta y ocho años, me informa que en esta bolera había un solo tablón y se jugaba a los bolos como en la mayoría de los pueblos de Valdebezana. Se abandonó su práctica al desaparecer la juventud hace más de treinta años y posteriormente se reutilizó como bolera de bolo palma, debido al interés de unos santanderinos que veraneaban allí pero, con el tiempo, también desapareció el bolo palma.

En Herbosa se jugaba a bolos y, sin embargo, en el cercano Higón ya se jugaba a pasabolo. David recuerda que, cuando él era un niño, en las localidades cántabras de Campóo de Suso (en Lanchares, La Población y Corconte, al menos) se jugaba igual que en Valdebezana, en cureñas de un solo tablón; sin embargo, con el tiempo, su práctica decayó y fueron sustituidas por boleras de bolo palma.Importantes apuestas había en la bolera de Cabañas de Virtus a donde bajaban me refiere David jugadores de Luena y pasiegos de San Pedro del Romeral, a competir con los jugadores del valle. Recuerda especialmente a un jugador muy famoso de Resconorio, al que llamaban el "Pegabrincos" porque llegaba corriendo casi antes a la cureña que la misma bola.

El juegabolos cubierto de Virtus está a punto de cambiar sus viejas cureñas por otras nuevas también de madera. Esta bolera debería estar protegida como monumento etnográfico. Lástima que se me haga tarde para hablar con alguien. En 1958 D. Florencio tenía la concesión del juego de bolos y los campeonatos se jugaban entonces por cuadrillas. Acudían jugadores de diversos pueblos del Valle: Soncillo, Montoto, Las Cabañas, Riaño....

En Quintanaentello la bolera, de un solo tablón, estaba situada en el terreno comunal junto a la escuela del pueblo. Hace muchos años que dejó de jugarse debido a la emigración de los jóvenes me recuerda una señora mayor.

Lamentable el estado actual de la bolera de Tres Tablones de Soncillo. El cemento desmenuzado y las cureñas oxidadas lo dicen todo. Esta bolera se encuentra justo al lado de la Plataforma Educativa CRA Rosa Chacel... experiencia y docencia... poco más se necesita para recuperar este juego en Soncillo...

En San Cibrián el juegabolos estaba situada junto a la iglesia y rodeado de árboles centenarios. Se jugaba con una única cureña de madera y hace unos treinta años que desapareció bajo el cemento. En el cercano Villabáscones de Bezana tenían gran afición y había, al menos, una bolera en cada uno de sus dos barrios.

La bolera de Tres Tablones de Hoz de Arreba tiene cemento pulido y cureñas metálicas. Un trofeo que simbolizaba un águila daban como premio. El día de la fiesta y poco más me comenta una señora se juega a los bolos. Bonifacio Bueno, Jesús Alonso, Luis Fernández, etc, fueron, y aún lo son algunos, excelentes jugadores de Pradilla de Hoz de Arreba. En este pequeño pueblo, los bolos castigaban sin piedad los cristales de las galerías de las casas vecinas... ¡tal era el brazo de algunos de sus jugadores! ¿Qué ha podido pasar para que en un pueblo en donde se jugaba hasta altas horas de la madrugada se haya creado, hace menos de un año, un parque infantil sobre la bolera?... Justo en la sombra de la casa y enterrada por el cemento se encuentra la bolera de un solo tablón de Landraves... Hace muchos, muchos años... ¡tal vez más de cuarenta!... que no se juega me comenta un anciano jugador. En la cureña central se plantaban los tres bolos y en tierra se plantaban a ambos lados los seis bolos restantes...

El juego de bolos es una manifestación cultural de carácter etnológico relevante que se practicaba como una vivencia colectiva, con un indudable efecto regenerador y social. Afortunadamente, aún en varios pueblos de las Merindades (Burgos) se sigue manteniendo (Mapa con boleras en Las Merindades y Fotografías antiguas y modernas). Los ancestrales bolos están interiorizados como parte de nuestra identidad, como testimonio de una práctica inmemorial en la que se fomenta la destreza, la fuerza y la precisión. Son, por lo tanto Cultura que debemos proteger, al igual que hacemos con las cuevas, las iglesias románicas o la naturaleza por lo que hemos propuesto a la Junta de Castilla y León su declaración como Bien de Interés Cultural de Carácter Inmaterial. La UNESCO urge a los países a proteger los deportes tradicionales y recomienda la promoción de los mismos en la escuela primaria y secundaria, muy especialmente en el área de educación física.

Cualquiera con un mínimo de sensibilidad cultural puede iniciarse en la recuperación del juego de bolos en su pueblo intentando rescatar lo mejor del pasado y proyectarlo en el siglo XXI. Sin embargo, sufrimos un lamentable proceso de aculturación y estamos necesitados de iniciativas ilusionantes que aglutinen a ayuntamientos, juntas vecinales, asociaciones de padres y madres, claustros de profesores… Las Escuelas de Bolos en los Centros de Enseñanza son necesarias, indispensables...

Tal vez tú no sepas jugar a los bolos pero tienes un abuelo o conoces a un señor mayor que ha sido un gran aficionado. Si es así, los datos que puedas recabar nos interesan y, si nos los envías, iremos activando poco a poco cada pueblo de nuestro mapa etnográfico e incorporaremos tu información a nuestra pequeña biblioteca antropológica.

Lo ideal es grabar a esas personas pero, en caso de no poder hacerlo, es importante al menos, fijar por escrito los recuerdos de esos jugadores de bolos veteranos ya que tienen un valor antropológico incuestionable. Si puedes conseguir fuentes gráficas (fotos, vídeos…) las incorporaremos a nuestro archivo fotográfico.

Es importante que los datos provengan de diversas generaciones, pero son fundamentales los datos de personas mayores, lo más ancianas posible, con el objeto de contrastar el pasado con el presente, y a la vez preservar la memoria de nuestra cultura que, por no ser escrita, corre el riesgo de perderse para siempre.

Más abajo iremos activando la información que vayamos recibiendo, gracias a tu colaboración, de cada uno de los pueblos del Valle de Valdebezana:

Argomedo, Arnedo, Bezana, Cabañas de Virtus, Castrillo de Bezana, Cilleruelo de Bezana, Cubillos del Rojo, Herbosa, Hoz de Arreba, Las Cabañas, La Estación, Landraves, Montoto, Munilla, Pradilla de Hoz de Arreba, Quintanaentello, Quintanilla de San Román, Riaño, San Cibrián, San Vicente de Villamezán, Soncillo, Torres de Abajo,Torres de Arriba, Villabáscones de Bezana, Villamediana de San Román y Virtus.