Tiempos antiguos, tiempos modernos
Fijaos en este cartel. Llaman la atención varias cosas. Todas interesantes: se homenajea a jugadores de bolos veteranos, hay música folklórica e incluso una proyección del grupo espeleológico Edelweiss, sobre las cuevas de Ojo Guareña.
Lo llamativo también son los premios. Se da 4000 pesetas para el primero, cuando el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) estaba, en 1979, en poco más de 19.000 pesetas; es decir, casi un quinto de dicha cantidad. Ojo porque también la inscripción era más cara, apenas inferior a lo que podía costar un menú del día.
Sería complejo calcular el valor real en la actualidad porque habría que tener varios factores en cuenta. Hoy el SMI está en más de 1000 € y todos podemos calcular cuánto es un quinto del mismo, aunque solo sea por tener una somera referencia.
Sin embargo, este año no ha habido un solo lugar, en Las Merindades, que haya dado más de 70 € al vencedor o vencedora de un concurso de bolos.
Estas cifras son muy significativo de la decadencia que ha sufrido el juego. Actualmente se cobra 3 o 4 € por inscripción en un torneo pero si se cobrase unos 12 € que es una cifra cercana a lo que cuesta un menú diario, apenas tiraría gente, aunque se diera 200 € de premio, que es algo menos de la quinta parte del SMI. La razón es que entonces había muchos jugadores buenos con interés por competir; hoy en día, no.
Los tiempos modernos son bien distintos, pero no todo es negativo. Hay sitios en los que, en la actualidad, se están haciendo cosas ciertamente interesantes (recuperación de boleras, participación de mujeres...); además, no podemos olvidar que para organizar un buen campeonato el dinero no es necesario en absoluto, sino tener la capacidad de congregar jugadores y público (difundiendo, enseñando…), lo cual requiere no solo de la voluntad sino del interés del que muchos pueblos, lamentablemente, adolecen.
Óscar Ruiz, noviembre 2023.