Gigantes, Infantes, Ángeles y Bolos

Que los Gentiles (gigantes de fuerza sobrehumana) jugaban a los bolos con grandes piedras esféricas de varias arrobas, algunas de las cuales aparecieron en las laderas del monte Untzueta (Vizcaya), es una explicación poética de mitología popular para una realidad no tan hermosa y más prosaica.

Igualmente, un halo misterioso envuelve nuestra imaginación cuando nos hablan de las siete grandes piedras blancas cercanas al pueblo de Barbadillo del Mercado (Burgos) que, según la tradición, los Infantes de Lara habrían arrojado jugando a los bolos desde su castillo, que se encuentra a más de dos leguas castellanas de allí.

También se decía a los niños de algunos pueblos de Las Merindades, que aquellos truenos espantosos de los días de tormenta, eran porque los ángeles jugaban a los bolos en el cielo y que, incluso, entre las nubes y las cumbres de las montañas los pastores, en ocasiones, disputaban reñidas partidas con ellos.

Hace poco, un jugador de bolos, Andrés Quintanilla, me habló de Protógenes, pastor del pueblo de Tudanca de Ebro (Los Altos), quien mandó construir una caja de tres dedos de gruesa que le serviría de cureña en el cielo e hizo meter en la misma una bola, el mico y tres bolos para jugar con los ángeles, después de su muerte.


Óscar Ruiz, marzo 2019.