Un campeonato de bolos regenerador que puede ser promovido desde un ayuntamiento

Con la fusión administrativa de la Merindad de Castilla la Vieja con su tradicional capital, se creó en el último cuarto del siglo XX el ayuntamiento de Villarcayo de Merindad de Castilla la Vieja. Vamos a analizar este municipio pero las ideas que aquí se plasman, son igualmente aplicables a cualquier valle, merindad, junta o alfoz de Las Merindades: Valle de Losa, Alfoz de Bricia, Merindad de Cuesta Urria...

La principal idea es crear un campeonato de bolos en el que participasen los pueblos del municipio que quisieran hacerlo. En mi opinión, debería ser impulsado, tutelado y promocionado desde el Ayuntamiento con un objetivo claro: recuperar el juego y promocionar la afición entre los jóvenes y las mujeres, a un juego que forma parte de nuestro rico Patrimonio Cultural Inmaterial. 

Como dato histórico es interesante recordar que, antes de que mediara el siglo XVII, los regidores de varios pueblos de esta merindad fueron sancionados, con una multa de 200 maravedíes, porque prefirieron retarse a los bolos en el Soto de Villarcayo que acudir a la Junta de la Merindad de Castilla la Vieja.

La situación actual, sin embargo, es crítica y requiere una actitud decidida que revierta la tendencia.

Entre todos los numerosos pueblos de la antigua merindad (La Aldea, La Abadía de Rueda, Andino, Barriosuso, Barruelo, Barruso, Bisjueces, Bocos, Campo, Casillas, Céspedes, Cigüenza, Escanduso, Escaño, Fresnedo, Hocina, Horna, Incinillas, Lechedo, Mozares, Otedo, La Quintana de Rueda, Quintanilla de los Adrianos, Quintanilla Socigüenza, Remolino, Salazar, Santa Cruz de Andino, Torme, Tubilla, Villacanes, Villacomparada de Rueda, Villalaín, Villanueva la Blanca, Villanueva la Lastra, Villarcayo y Villarías) apenas hay un campeonato en Fresnedo a finales de julio, otro en Villarcayo a mediados de agosto y otro en La Aldea a principios de septiembre, al que acuden solo los mejores jugadores con sus bolas privadas. No están mal estos campeonatos, ni mucho menos pero en ellos participa, solamente, una pequeña élite de jugadores que cada vez se ve más reducida. Lo verdaderamente preocupante es que no existe ninguna promoción interesante ni para los niños, ni para los jóvenes ni para las mujeres que quieran iniciarse. Nos consta, no obstante, que hay personas interesadas en recuperar los bolos pero no saben bien cómo hacerlo. Un campeonato como este que sugiero puede servir para marcar el camino.

Es evidente que la recuperación de este juego debe venir desde la escuela. Hemos presentado un proyecto a la Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León y a la Diputación de Burgos y, si los ayuntamientos de las Merindades lo apoyan con decisión, pronto volveremos a ver cómo nuestros hijos juegan y se divierten con este deporte ancestral. Mientras tanto el Ayuntamiento debe actuar y el período estival es buen momento para hacerlo con este campeonato promocional que sirva de revulsivo.

Felipe Pereda: hacedor de bolas de Mozares. Año 1984. Fotografía y texto extraído del libro "Los oficios y los hombres en Burgos" de MªJesús Temiño. 

Características del Campeonato: 

Creo que todos estos planteamientos deben ser analizados con otros que tal vez sean mejores, desde el Ayuntamiento junto con sus alcaldes pedáneos para valorarlos en su justa medida. Debe existir una sana complicidad con un objetivo común: recuperar nuestro preciado juego de bolos que debería estar ya considerado como un Bien de Interés Cultural.


Óscar Ruiz, agosto de 2017.